Los molinos de los Frailes y el del Sombrerero eran accionados por el cercano manantial de la Esperanza. Más allá del agua que los movía, ambos guardan más cosas en común; las desgracias que en ellos ocurrieron y el misterio fruto de las creencias populares por los fenómenos paranormales vividos por algunas personas que los han visitado. Seguramente, a muchos se les erice el vello si los llamamos por sus nombres más populares: la casa de los Pantoja y la fábrica de muñecas, lugares «malditos».
Paco Quiles
Periodista y fotógrafo de Puerto Sagunto (València). Adicto al la fotografía nocturna, al lightpainting, al urbex y a los eurogames, sobre todo a Carcassonne.