¿Os imagináis un trasatlántico que igualó en grandeza y lujo al famoso Titanic? ¿Que transportó casi medio millón de soldados en la Segunda Guerra Mundial? Pues os sorprenderá saber que tras cientos de viajes por el mundo acabó naufragando en la costa oeste de Fuerteventura. Te invitamos a conocer parte de la larga historia del American Star.
Sirviendo a America
El navío fue construido en 1940 por la compañía estadounidense United States Lines con el nombre de SS America, durante el gobierno de Roosevelt. Creado con bronce, aluminio y acero inoxidable, dedicó sus primeros años al transporte de soldados en la Segunda Guerra Mundial, aunque no fuera éste su cometido inicial.
Con el nombre de USS Westpoint, siendo militarizado y repintado de camuflaje, llegó a transportar y evacuar a un total de 483.000 soldados, resistiendo incluso un importante bombardeo en Singapur. Al finalizar el conflicto bélico pudo, por fin, cumplir su función inicial de embarcación de lujo destinada a cruceros.
Su época dorada
El que un día fuera el mayor barco de pasajeros de la flota estadounidense, realizó su merecido viaje inaugural como crucero de lujo en 1946 entre Nueva York y Southampton, realizando el mismo trayecto que hubiera realizado el Titanic pero a la inversa. Tras este primer viaje inaugural y hasta el final de su funcionamiento, la embarcación fue adquirida y rebautizada innumerables veces por distintas compañías y propietarios, con nombres como SS America, SS Australis o SS Italis.
El desafortunado final
En 1993, tras 16 años sin mantenimiento, sus máquinas se encontraban inservibles, hecho que propició que la compañía tailandesa Chaophraya lo adquiriera por la «pequeña» suma de 2 millones de dólares, con el fin de convertirlo en un hotel flotante de lujo en Bangkok, rebautizándole con su último nombre: «SS American Star».
Tristemente, el 15 de enero de 1994, durante el trayecto que lo trasportaba a su destino y dirigiéndose a Gran Canaria, donde iba a hacer escala, fue abatido por una fuerte tormenta a su paso por Fuerteventura, las amarras que unían al American Star con su remolcador Neftegaz 67 se rompieron y nadie pudo hacerse con el control del gigantesco transatlántico. Tres días después, el barco encallaba en la playa de Garcey, partiéndose en dos su estructura.
El 6 de julio fue declarado siniestro total y desde su abandono no dejó de sufrir saqueos, hasta conseguir que perdiera la totalidad de los objetos de valor que contenía.
En sus últimos años, regaló a cientos de turistas una peculiar estampa: la proa sobrevivía a la fuerza del oleaje en la superficie mientras que la popa descendía al fondo del mar. Finalmente su historia termina en 2007 cuando el océano acabo engullendo este gigante navío, tras 13 años de lento y paulatino hundimiento.
Unas cuantas fotografías más
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Beatriz Forriol
Valenciana aprendiz del mundo de la fotografía, apasionada de los viajes y los lugares por descubrir.
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